lunes, 29 de febrero de 2016

YO OPINO - Cinematógrafo VIII - Súper-cultivándome; o, Vi «Deadpool»

— Advertencia —
Antes de empezar, aclaro que, como pseudo-hipster que soy, no vi la entrega de los premios Oscar anoche. Ni sé quiénes son los premiados, salvo que DiCaprio por fin obtuvo el codiciado galardón, porque abrí el Facebook y vi la foto de Eameo al respecto.
— Fin de la advertencia —

Batiendo… ¡palmas! No. Batiendo mis records, hoy fui al cine por segunda vez en lo que va de 2016, con lo que pasé de asistir al cinematógrafo una vez cada dos años a hacerlo dos veces por mes (no una, no: ¡dos veces por mes! ¡qué al palo que vivo, dioses!). También me invitaron. Esta vez, mi compañera de aventura tipográfica, «mi amiga de los foros de internet», S. M.
Iba a escribir todo un bodoque sobre el contexto, minuciosamente detallando el (gran) día de hoy, con mi levantarme temprano, diseñar con la computadora unas cosas para el taller de impresión tipográfica que estamos armando con S. M., ir a la psicóloga para una charla tranquila, ir en efecto al taller y seguir con los diseños pero a mano y recibir visitas de dos de los otros «submonders», en una de las cuales recibí en concepto de préstamo el libro Algo más de Marcelo Cohen (un intercambio de rehenes, se diría: al que me lo prestó le di Plop de Rafael Pinedo; con lo que me aseguro que, si alguno de los dos no cumple con la devolución, el uno puede resarcirse conservando el libro del otro. Lo que se llama propiamente «una prenda».)
La película, sí.
Vimos Deadpool.
Empieza in media res (en medio de la acción).
Asunto: la venganza.
Tema: el rencor de Deadpool hacia su creador.
Contexto: Transcurre en el "universo" Marvel, con contactos con los X-Men.
Argumento: Un mercenario estaba pasando su mejor momento, a punto de casarse con La Chica, cuando se enferma de cáncer terminal. Apenas se entera de que está enfermo, recibe una propuesta de una organización oscura que le promete curarlo, y no sólo curarlo, sino dotarlo de poderes superiores a los de cualquier mortal… pero «nada es gratis»: lo curarán y «empoderarán» (jo jo jo; me río porque estoy usando a propósito mal la palabra "empoderar"; [«(pun intended)», se diría]) a cambio de algo, por supuesto: a cambio de su libertad (y de su relación con La Chica), se entera cuando ya está «jugado». La cura implica mucho sufrimiento, y el efecto secundario del tratamiento es que queda desfigurado como si lo hubieran bañado con ácido (ácido hirviente mezclado con caca de diarrea). Pero puede recibir tiros, cortes con espadas, incluso va a perder una mano y regenerarla gracias al tratamiento, que, «dicho sea de paso», despertó sus genes mutantes. El tipo se toma muy a pecho haber quedado desfigurado. Así que se dedica a «stalkear» a su novia durante dos años y al mismo tiempo se dedica a buscar al tipo que lo convirtió en lo que es para que le devuelva su aspecto, porque éste le dijo que podría devolverle su apariencia original pero que no lo hacía porque le caía mal, básicamente.
Durante esos dos años, va matando a todos los que conocen al científico maloso, hasta que da con él. Le cuesta un montón, pero consigue derrotarlo y recuperar el amor de La Chica.
Fin.

Uno de los afiches de la película.

El argumento es de lo más simplón, pero está llevado con mucho ritmo, y, fiel a las historietas, el personaje no para de hacer chistes y morisquetas.
Anoto al margen que me sorprendió el alto nivel de erotismo que se despliega. La Chica es prostituta. Hay un desnudo frontal de ella, uno del Deadpool cuando lo crean en el que se le ve el pitulín, se ven muchos pechos y demás en un bar de strippers en el que trabaja Stan Lee, hay muchos chistes sobre masturbación y sexo, etc.

—Mi calificación—
☠ ☠ ☠ – –
O sea, 3 (tres) cráneos candentes.
Le pongo esta nota porque me hizo reír mucho. Pero MUCHO. Ay, pero estaría para dos, tal vez. Pero me hizo reír MUCHO. Cumple con lo que prometen los afiches y el trailer. Y fue un buen día… Y comí pochoclo salado hasta no poder más… Tres están bien, dejémonos de joder.

—Notas de color—
Cuando llegamos al cine, el Hoyts del Abasto, le dije a mi amiga: «Siempre que vengo al cine acá, cuando salgo está lloviendo». Y, dicho y hecho, que salimos y ella estaba con el celular, distraída, llegamos a la puerta y le digo: «mirá para afuera… llueve».

Una de las portadas de la primera miniserie en la que el personaje empieza a desarrollarse, de 1993.

jueves, 18 de febrero de 2016

La biblia satánica

Hace rato que vengo buscando mitos, ideas y filosofías que orienten un poco la manera de vivir de uno. Me escapé del catolicismo desde chico y me encontré con el agnosticismo, el ateísmo, de ahí pasé a la permacultura, los mitos griegos, el ningunismo, el budismo, el anarquismo, el trascendentalismo de Thoreau... No me casé con ninguna religión o ideología por completo, por el momento. Me limito a tomar de ellas lo que me conviene o me gusta en el momento en que las conozco. Una suerte de promiscuidad espiritual; nada muy revolucionario en esta época de adolescencia interminable.
Tal vez funde formalmente el fernandojoseladislaísmo, de una vez.

Hace rato que tenía una vaga, vaguísima, idea de qué era el satanismo por lo que me llegaba de rebote con las tapas y las letras de los discos de heavy metal que escucho desde hace años. Pero la verdad es que apenas conocía el emblema de Baphomet (el pentagrama con la cara del macho cabrío; ver imagen) y temas que hablan sobre misas negras, cruces invertidas, etc.

Como me parecía que tendría que profundizar un poco sobre el tema, y dispongo de un kindle, pues busqué un poco en Wikipedia sobre Anton Szandor LaVey, estadounidense fundador de la Iglesia Satánica, bajé su obra magna, La biblia satánica, y la leí. Por el momento, me parece muy simpática. Propone una religión que se basa en el egoísmo, en respuesta a la hipocresía de las religiones altruistas. Por ejemplo, invierte la "regla de oro" de "Trata a los demás como quisieras que te trataran a ti" por "Trata a los demás como ellos te traten a ti". Sugiere que cada uno arme su propia religión, y que, si uno se sincera, se da cuenta de que eso es realmente lo que uno tiende a hacer. Etc.

En la edición que tengo, después de la biblia en sí vienen unos textos varios publicados por el autor antes y después de la publicación de la biblia. Uno que me pareció particularmente entretenido fue este (tomado de este enlace):

THE WORLD’S MOST POWERFUL RELIGION
by Anton Szandor LaVey
(Originally appeared in The Cloven Hoof, Issue #127, Year XXXI A.S.)

Religion is the most important thing in a person’s life. If electric trains are the most pervasive thing in one’s life, that is his religion. Anything can be a religion if it means a lot. If your present religion isn’t the most important thing in your life, then skip it. Find whatever impels you most and make that your religion.

Religions are easy to invent. Most traditional religions have little or nothing to do with reality, are dependent on obfuscation, interpretation, guilt, and unreasoning faith—some more than others. Since Satanism is essentially a religion of the self, it holds that the individual and his personal needs comes first. If that means playing with trains or spike-heeled shoes or singing in the bathtub, those are its sacraments and devotions. Taking inventory of old comic books is counting beads on a rosary, each book being a station of the cross.

Before I codified Satanism, thus enabling me to integrate everything of a personal meaning into a suitable forum, I first considered the religion of Dogism. The belief system made sense, but was too limiting. Dogism holds that if you can’t eat it, and you can’t fuck it; piss on it. Much as I respect dogs and their gods, I could relate more to Catism, the principle religion of cats. The Five Commandments of Catism are:

(1) Don’t run, if you can walk.
(2) Don’t walk, if you can stand.
(3) Don’t stand, if you can sit.
(4) Don’t sit, if you can lie down, and
(5) Don’t stay awake, if you can take a nap.

Catism counsels: “He who sleeps the day away / lives to sleep another day,” or, “Respect the friend who brings your food, for he has been your choice / Or go and catch it for yourself, and have a louder voice,” and other such homilies.

lunes, 8 de febrero de 2016

YO OPINO - Cinematógrafo VII - Cine sobre la infancia

—Contexto—
Hablando con conocidos sobre la idea de ver The Revenant, me puse a recordar películas que me gustaron mucho y me encontré con que unas de las que más «me pueden» son las que tratan sobre la infancia. [Todavía no vi Boyhood.]
Cuando era chico empecé a verlas y ayer recordaba que son las que, de las que me gustan, que suelen estar bien desordenadas, estas entran claramente en un grupo y las adoro sin mucho criterio más que ese: pintan a los niños de una manera que a mí me gusta, nada más.

Empezamos a armar una lista, completamente desordenada(, como a mí me gusta):

- Motorama
- Little Man Tate
- Empire of the Sun
- Stand by Me
- El espinazo del diablo
- La infancia de Iván

Quiero poner Tideland de Terry Gilliam, porque adoro a Terry Gilliam, pero no sé. No es tal cual. Quizá porque el personaje principal, a pesar de que está en la infancia es niña, o porque me molestan otras cosas de la película. No sé.

¡Saludos, nada más y hasta la próxima, amiguitos!

Agrego:

- Moonrise Kingdom

YO OPINO - Cinematógrafo VI - «The Revenant»

—Contexto—
Después de literalmente años de no entrar a una sala de cine (la última vez fue en 2012, ahora que lo pienso; y fue en el mismo complejo y con la misma compañía, cuando fui a ver la primera de El hobbit: y sí, El hobbit es una película como para, después de verla, decidir no ir al cine durante años, realmente…).
Originalmente iban a ir El Padre y La Madre, pero ésta, al enterarse de la película en cuestión, rehusó participar. Así que de rebote ligué una entrada para el cine y una salida con mi viejo.

—La película—
Un colono inglés en el oeste de Estados Unidos, Glass, padre viudo de un adolescente mestizo, consigue escapar, con éste y un puñado de compañeros con los que estaba cazando para obtener pieles, de un "malón".
Se va complicando la cosa porque entre nueve no pueden llevar las pieles que habían juntado entre más de cuarenta, y que la culpa de que nos atacaran es de Glass y de su hijo indio, etc.
Al tal Glass lo agarra un oso y casi lo mata a zarpazos y mordiscones. Queda postrado y el grupo tiene que esforzarse para llevarlo en una camilla improvisada. Aumentan las broncas, porque nos vamos a morir todos por culpa de él, pero es el único que conoce el camino (?).
Deciden parar y separarse. Quedan al cuidado del herido los siguientes personajes, a saber: su hijo medio indio, otro muchacho, muy inexperto e ingenuo, y, obviamente, el culeado que más bronca le tenía (y que acepta quedarse con el moribundo a cambio de una recompensa en metálico), cosa de que el resto del grupo no se muera por cuidar a uno solo pero tampoco vamos a irnos abandonando al herido, que tan grosso era.
El malo quiere dejarlo morir y seguir viaje y cobrar su recompensa. El hijo medio indio se opone, lo mismo el muchacho cándido. Pero el malo es más pulenta que estos dos giles. Consigue irse y dejarlo a Glass para que muera en una tumba improvisada.
Pero Grass no se muere. Y quiere vengarse. Y como salió de la tumba la película se llama "El renacido".

—Mi parecer—
Tengo miedo de los directores españoles/mexicanos:
- Ya me despaché hace unos meses con Javier Fesser y la desilusión que me dio encontrarme con Camino después de ver El milagro de P. Tinto.
- Guillermo del Toro arrancó con la hermosa El espinazo del diablo, para edulcorar la onda "lo fantástico en España" ("hollywoodizarla", "pochoclerizarla") en El laberinto de fauno, y no contento con eso destrozó al Hellboy, y bueno, hizo el insulto Pacific Rim y ¡el guión de El hobbit: la batalla de los cinco ejércitos! «Gracias, pero no, gracias».
- Alfonso Cuarón me emboló con su anti-ciencia-ficción en Gravity, y eso que adoré Great Expectations y Children of Men.
Y así.

Este Iñárritu hizo Babel, Amores perros, 21 gramos… "éxitos de taquilla" que no me interesaron ni en su momento ni ahora. ¡Y la densa y pretenciosísimísima Birdman!, no nos olvidemos.
Por suerte no fue tan dolorosa la experiencia. Más bien, al contrario. Desde el primer momento la forma en que se ven y se escuchan las cosas que pasan te atrapan. Es rico experimentarlas.
No pude parar de pensar en el Sur, enfrascado en los paisajes de montañas, ríos, árboles (que los que yo conozco son poco parecidos a los que se ven, pero qué tanto). Árboles por todos lados, ríos de agua helada, la nieve. Y la luna. La luna entre las montañas, la luna entre los árboles, la luna entre las nubes. El color del cielo.
¿Qué hago en Buenos Aires?

—Mi calificación—
☠ ☠ ☠ – –
(3 (tres) cráneos candentes, más, de yapa, una tibia (y unas garras de oso).
[Esto sobre una calificación máxima de cinco cráneos, calificación que me reservo para películas como Solaris de Tarkovski o Metrópolis de Fritz Lang, ¿queda claro? No se regala la nota.])

viernes, 5 de febrero de 2016

lunes, 1 de febrero de 2016

Frases célebres apócrifas II

«Ciencia ficción en Argentina en el siglo XXI no es pensar en naves oxidadas arregladas a los ponchazos que nos llevan a terraformar planetas peronistas. Es encontrar qué hizo la ciencia ficción con la mente de la gente que la leyó cuando surgió y ver qué podemos producir hoy que haga volar la imaginación del que lea por los puntos de contacto con la realidad mezclados con las extrapolaciones imposibles pero factibles a partir de lo que hoy vivimos.» 
Felipe Joseph Granjero,
incomprendido filósofo de la (mal llamada) ciencia ficción argenta.