martes, 15 de diciembre de 2015

Un millón de años

Me imagino el mundo dentro de un millón de años (en parte gracias a Kurt Vonnegut, que estoy leyendo Galápagos, pero es algo que hago desde que tengo diez años, más o menos, cuando me enteré de que los dinosaurios habían desaparecido hace más de 65 millones de años), cuando no quede de nosotros ni una sola señal de que alguna vez existimos, ni una alambrada, ni una represa en un río, ni una autopista, ni una herramienta oxidándose; nada: ni un pedacito de lo más grande que haya hecho la humanidad, ni una partícula de las pirámides de Egipto, pongamos por caso.
Cuando todos nuestros problemas tan terribles no le importen absolutamente a nadie. (A nadie más que a paleontólogos que profanen nuestras tumbas y se pregunten si teníamos sangre fría o caliente y piensen que tal vez nos morimos de puros giles que no supimos qué hacer con un meteorito, claro.)

//////// Esto no significa nada más que lo que dice. No hay segundas lecturas. ////////

Es parecido a lo que pienso cuando miro a los gatos a los ojos. ¡Cómo deseo (deseo en indicativo, que no "desearía" sino que efectivamente deseo) poder vivir como un gato, dormir cuando pinte, comer cuando tenga hambre, que no me entre en la cabeza ni el asomo de una idea, ni menos de un lenguaje, ser puras sensaciones!
(Kurt Vonnegut también habla de eso en Galápagos: está narrada por un fantasma de un hombre que murió en la década de 1980 y que vio cómo la humanidad evolucionó dejando atrás su mayor deformidad: el cerebro demasiado grande…)

Para pensar... ;)

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